Autor: Roberto Dromi

Encuadernación: Rústica

Páginas: 323

Edición: 2ª

Año: 2014

ISBN: 978-987-507-364-7

ISBN: 978-84-16083-37-4

   Se propone un breve ensayo de corte político, jurídico- administrativo del tema, para ello, el estudio que sigue apunta a conocer al ser y deber ser de las provincias en el concierto nacional, pensando más en la unidad que en la diversidad, en que la unidad también la constituyen las partes, en que sin partes no hay unidad y que todo es cuestión de proporción como entre cabeza y cuerpo.

   El autor expone que la cuestión no está en darle más a las provincias, sino más al país, y tener conciencia acabada de que esta unidad se logra y hace desde todos los rincones de su territorialidad. Por otra parte, no puede usarse el eslogan del federalismo como un justificativo del egoísmo nacional; como si, en verdad, a las muchas clasificaciones del tema, pendiera la incorporación de una nueva: “federalismo de ricos” y “federalismo de pobres”, pues la naturaleza dotó a algunas regiones de mayores recursos que a otras, y allí está precisamente el deber del Estado Nacional de equilibrar y proporcionar recursos económicos y humanos en vistas a la verdadera unidad nacional.

   Lo que se necesita es que el país viva en todas partes, no que habite en un lugar y atienda en Buenos Aires.

Federalismo y Municipio

$11.916
Federalismo y Municipio $11.916
Entregas para el CP:

Medios de envío

  • Editorial Ciudad Argentina Avenida Córdoba 1255, 9° piso, CABA, Argentina. Horario: 10:00 a 15:00

    Gratis
Compra protegida
Tus datos cuidados durante toda la compra.
Cambios y devoluciones
Si no te gusta, podés cambiarlo por otro o devolverlo.

Autor: Roberto Dromi

Encuadernación: Rústica

Páginas: 323

Edición: 2ª

Año: 2014

ISBN: 978-987-507-364-7

ISBN: 978-84-16083-37-4

   Se propone un breve ensayo de corte político, jurídico- administrativo del tema, para ello, el estudio que sigue apunta a conocer al ser y deber ser de las provincias en el concierto nacional, pensando más en la unidad que en la diversidad, en que la unidad también la constituyen las partes, en que sin partes no hay unidad y que todo es cuestión de proporción como entre cabeza y cuerpo.

   El autor expone que la cuestión no está en darle más a las provincias, sino más al país, y tener conciencia acabada de que esta unidad se logra y hace desde todos los rincones de su territorialidad. Por otra parte, no puede usarse el eslogan del federalismo como un justificativo del egoísmo nacional; como si, en verdad, a las muchas clasificaciones del tema, pendiera la incorporación de una nueva: “federalismo de ricos” y “federalismo de pobres”, pues la naturaleza dotó a algunas regiones de mayores recursos que a otras, y allí está precisamente el deber del Estado Nacional de equilibrar y proporcionar recursos económicos y humanos en vistas a la verdadera unidad nacional.

   Lo que se necesita es que el país viva en todas partes, no que habite en un lugar y atienda en Buenos Aires.