Autor: Roberto Dromi

Encuadernación: Rústica

Páginas: 227

Edición: 1ª

Año: 1997

ISBN: 987-507-003-3

   El presupuesto y cuenta de inversión han recibido renovado impulso con la reforma de la Constitución nacional en 1994. Ella ha perfilado de modo acabado y completo una nueva interpretación de estos dos institutos. En otras palabras, la flamante Constitución de la Nación les confiere una nueva hermenéutica. De suerte tal, que ellos se erigen en instrumentos de gobierno y control. Negarles tales atributos significan la nada.

   La elaboración del presupuesto y la redición de cuentas de su ejecución y puesta en marcha se basan en la observancia de las normas (principalmente de la Constitución), el nivel de la realidad (objetivos estatales y demandas sociales) y el marco del valor o de la axiología (bien común, solidaridad y transparencia pública). A través del presupuesto, se relejan los objetivos, orientaciones, conductas y comportamientos del Estado al fijar las pautas de modo global e integrador. En él también se manifiestan las estrategias y políticas que orientan el quehacer público en general y en particular, desde el aspecto económico-financiero.

   Presupuesto y cuenta de inversión se implican. Uno conlleva al otro y viceversa. Y ambos son los propios, sin lugar a dudas, de un Estado de derecho.

Presupuesto y cuenta de inversión

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Autor: Roberto Dromi

Encuadernación: Rústica

Páginas: 227

Edición: 1ª

Año: 1997

ISBN: 987-507-003-3

   El presupuesto y cuenta de inversión han recibido renovado impulso con la reforma de la Constitución nacional en 1994. Ella ha perfilado de modo acabado y completo una nueva interpretación de estos dos institutos. En otras palabras, la flamante Constitución de la Nación les confiere una nueva hermenéutica. De suerte tal, que ellos se erigen en instrumentos de gobierno y control. Negarles tales atributos significan la nada.

   La elaboración del presupuesto y la redición de cuentas de su ejecución y puesta en marcha se basan en la observancia de las normas (principalmente de la Constitución), el nivel de la realidad (objetivos estatales y demandas sociales) y el marco del valor o de la axiología (bien común, solidaridad y transparencia pública). A través del presupuesto, se relejan los objetivos, orientaciones, conductas y comportamientos del Estado al fijar las pautas de modo global e integrador. En él también se manifiestan las estrategias y políticas que orientan el quehacer público en general y en particular, desde el aspecto económico-financiero.

   Presupuesto y cuenta de inversión se implican. Uno conlleva al otro y viceversa. Y ambos son los propios, sin lugar a dudas, de un Estado de derecho.