Autor: Enrique Oliva (François Lepot)

Encaudernación: Rústica

Páginas: 275

Edición: 1ª

Año: 2003

ISBN: 987-507-242-7

ISBN: 84-95823-27-6

El autor ha escrito sus memorias de 70 años atrás, recordando un mundo muy distinto al actual. Sus padres, venidos de Andalucía, como tantos inmigrantes humildes de las más variadas procedencias, radicados en Mendoza con familias numerosas, deben sobrevivir a diversas contingencias, como dificultades económicas, peligrosas y calamidades de la naturaleza. A un terremoto destructor, varias inundaciones, heladas, granizo, langostas, se unen la consecuente pobreza, la impiedad de los usureros, y la violencia política y social imperante en una época de vacas gordas para una minoría insensible.

Todos esos males eran sufridos por los padres y los seis hermanos mayores del autor. Para el niño, hasta sus once años de edad, tales adversidades eran atrayentes novedades que disfrutaba y atesoraba sin inconvenientes ni secuelas psíquicas.

La vida entre familias de inmigrantes venidos de distintas regiones del mundo, integrándose a un medio de criollos de origen incaico y una realidad que mezclaba crudezas humanas con gestos nobles y solidarios. Se rememoran las coloridas imágenes de los conventillos, las “mujeres de la vida”, el ambiente de café y boliches, como del comité político con sus duelos a cuchillo y feroces timbas incluidas riñas de gallo; los fogones de cosecheros llegados de las provincias y arrieros de la cordillera donde reinaba el variado folklore y los narradores de cuentos y “sucedidos” buenos y malos. Todo ello es revivido con fresca naturalidad por los ojos admirados de un niño, con aquella hoy casi perdida capacidad de asombro de chicos y jóvenes actuales apabullados por el torrente tecnológico dirigido al consumismo compulsivo, deshumanizando el desarrollo.

Como dice el autor, todas esas vivencias han nutrido su identidad, recordándole un viejo proverbio africano: “Para educar a un niño, se necesita un pueblo entero”.

La vida cotidiana

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Edición: 1ª

Año: 2003

ISBN: 987-507-242-7

ISBN: 84-95823-27-6

El autor ha escrito sus memorias de 70 años atrás, recordando un mundo muy distinto al actual. Sus padres, venidos de Andalucía, como tantos inmigrantes humildes de las más variadas procedencias, radicados en Mendoza con familias numerosas, deben sobrevivir a diversas contingencias, como dificultades económicas, peligrosas y calamidades de la naturaleza. A un terremoto destructor, varias inundaciones, heladas, granizo, langostas, se unen la consecuente pobreza, la impiedad de los usureros, y la violencia política y social imperante en una época de vacas gordas para una minoría insensible.

Todos esos males eran sufridos por los padres y los seis hermanos mayores del autor. Para el niño, hasta sus once años de edad, tales adversidades eran atrayentes novedades que disfrutaba y atesoraba sin inconvenientes ni secuelas psíquicas.

La vida entre familias de inmigrantes venidos de distintas regiones del mundo, integrándose a un medio de criollos de origen incaico y una realidad que mezclaba crudezas humanas con gestos nobles y solidarios. Se rememoran las coloridas imágenes de los conventillos, las “mujeres de la vida”, el ambiente de café y boliches, como del comité político con sus duelos a cuchillo y feroces timbas incluidas riñas de gallo; los fogones de cosecheros llegados de las provincias y arrieros de la cordillera donde reinaba el variado folklore y los narradores de cuentos y “sucedidos” buenos y malos. Todo ello es revivido con fresca naturalidad por los ojos admirados de un niño, con aquella hoy casi perdida capacidad de asombro de chicos y jóvenes actuales apabullados por el torrente tecnológico dirigido al consumismo compulsivo, deshumanizando el desarrollo.

Como dice el autor, todas esas vivencias han nutrido su identidad, recordándole un viejo proverbio africano: “Para educar a un niño, se necesita un pueblo entero”.