Autor: Carlos Méndez

Encuadernación: Rústica

Páginas: 284

Edición: 1ª

Año: 1999

ISBN: 987-507-112-9

  La opinión publica se da en cualquier situación colectiva y traduce un proceso simplemente cuantitativo de adicciones de opiniones personales. Como ocurre en el electorado de un Estado, en un acto eleccionario; lo mismo en una sala de conferencias o, en los espectadores de un partido de fútbol, en estos casos hay una opinión pública. Esta se constituye mediante un proceso de reencuentro individual que adiciona las opiniones coincidentes.

  La opinión publica exige una opinión autorizada o calificada, pues de alguna forma traduce principios. No es sólo una cuestión de cantidad de individuos, como si se tratara de un sistema de sufragio en el cual se expresará la opinión, fundada o no, por sí o por no, de una determinada motivación.

  La opinión pública, una vez constituida, subsiste como opinión ya hecha sin prejuicios de la evolución intrínseca de que sea capaz. Tiene trascendencia histórica y se encuentra conjugada en el pasado y va hacia un porvenir, con el que a su vez se integra creando una dimensión histórica constituida.

  La opinión publica adopta en la vida societaria la función del vocero como oficio. Y esta funciona y circula sirviéndose de voceros.

  Es de naturaleza oral y crece en el intercambio espiritual de persona a persona.

  La opinión publica se ve expuesta en diferentes áreas: La prensa, la radiodifusión y televisión y el teatro y el cine.

  El autor ha querido abarcar este tema a nivel global, pero hace hincapié específicamente en la realidad argentina, aportando recomendaciones referidas a la opinión publica proyectada a partir del momento actual hacia el porvenir.