Autor: Roberto Dromi (Director) - Armando Caro Figueroa - Andrés Delich - Roque Fernández - Horacio Jaunaerana - Jorge Vanossi - Fernando Lucero Schmidt

Encuadernación: Rústica

Páginas: 100

Edición: 1ª

Año: 2010

ISBN: 978-987-507-351-7

ISBN: 978-84-937412-9-7

   El desafío hoy pasa por saldar en los escenarios políticos, económicos, sociales y culturales los pasivos y deudas que aun tenemos con el desarrollo económico solidario, con la justicia y la equidad social.

   Por esto sigue siendo prioritario profundizar el modelo definido por la constitución para alcanzar un ambiente sustentable, con crecimiento productivo calificado y tecnificado, con industrias de pertenencia, con garantías eficaces para la sociedad y el Estado, con posicionamiento internacional competitivo de empresas e instituciones, con territorialidad regionalizada para la autonomía real de provincias y municipios y con revolución educativa que universalice el saber y abra las puertas del conocimiento a toda la sociedad.

   El autor impulsa una revolución educativa que promueva la inclusión social, el uso de tecnologías y la inserción de la comunicación como agente de la educación, para multiplicar maestros, escuelas, saberes, industrias, trabajos, creatividades y calidad de vida y de plenitud institucional para que tengamos más y mejor República.

  Este modelo de ideas “suprasingulares”, que ratifica el compromiso democrático, es carta de navegación política y fruto del consenso social para instituir políticas de Estado que necesitan de la concurrencia comprometida de los partidos políticos y de toda la dirigencia social sectorial, en materia educativa, de garantías en seguridad pública, defensa común y justicia independiente, internacional económica, productiva, territorial y comunicacional. Estas políticas de Estado, propuestas en un Contrato Social, brindarán las necesarias garantías y pertenencias al pueblo argentino para instalar la nueva República Consolidada del siglo XXI.

   Seguramente la inteligencia de la dirigencia de hoy y las virtudes del consenso en la toma de estas decisiones de gestión pública serán, como el cabildo Abierto de hace 200 años, la medida de la esperanza del pueblo, para saber de qué se trata y tener confianza en el futuro de la República.