Autor: Juan Bautista Alberdi

Encuadernación: Rústica

Páginas: 246

Edición: 1ª

Año: 1998

ISBN: 987-507-080-7

   Tratado de Derecho público que se convirtió en una de las principales fuentes de la Constitución de la Nación Argentina de 1853. Su autor se propuso al escribirlo bosquejar el mecanismo de las leyes que sustentan la civilización moderna.

   América ha sido descubierta, conquistada y poblada por las razas civilizadas de Europa, a impulsos de la misma ley que sacó de su suelo primitivo a los pueblos de Egipto para atraerlos a Grecia; más tarde a los habitantes de esta para civilizar las regiones de la Península Itálica; y por fin a los bárbaros habitadores de Germania para cambiar con los restos del mundo romano la virilidad de su sangre por la luz del cristianismo.

   Así, el fin providencial de esa ley de expansión es el mejoramiento indefinido de la especie humana, por el cruzamiento de las razas, por la comunicación de las ideas y creencias, por la nivelación de las poblaciones con las subsistencias.

   Por desgracia su ejecución encontró en la América del Sur un obstaculo en el sistema de exclusión de sus primeros conquistadores. Monopolizado por ellos durante tres siglos su extenso y rico suelo, quedaron esterilizados los fines de la conquista en cierto modo para la civilización del mundo.

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Año: 1998

ISBN: 987-507-080-7

   Tratado de Derecho público que se convirtió en una de las principales fuentes de la Constitución de la Nación Argentina de 1853. Su autor se propuso al escribirlo bosquejar el mecanismo de las leyes que sustentan la civilización moderna.

   América ha sido descubierta, conquistada y poblada por las razas civilizadas de Europa, a impulsos de la misma ley que sacó de su suelo primitivo a los pueblos de Egipto para atraerlos a Grecia; más tarde a los habitantes de esta para civilizar las regiones de la Península Itálica; y por fin a los bárbaros habitadores de Germania para cambiar con los restos del mundo romano la virilidad de su sangre por la luz del cristianismo.

   Así, el fin providencial de esa ley de expansión es el mejoramiento indefinido de la especie humana, por el cruzamiento de las razas, por la comunicación de las ideas y creencias, por la nivelación de las poblaciones con las subsistencias.

   Por desgracia su ejecución encontró en la América del Sur un obstaculo en el sistema de exclusión de sus primeros conquistadores. Monopolizado por ellos durante tres siglos su extenso y rico suelo, quedaron esterilizados los fines de la conquista en cierto modo para la civilización del mundo.